30.6.10

Nada como Sephora. La primera entrevista

Hay una familia de anuncios que buscan vendedores, sin atreverse a decir vendedor o ventas, usando eufemismos como Business Developer. Prometen elevadas contraprestaciones económicas y una acelerada carrera de ascensos. Se dirigen a profesionales ambiciosos. No describen, ni siquiera en líneas generales, el trabajo en sí. No es muy difícil reconocerlos, aunque estén en inglés.
Este era uno de esos anuncios para Marketing Services y yo tenía que enviar mi cv. Ser flexible, cuando uno está empezando, va en serio. Por supuesto que me alegré cuando me llamaron. El contenido ambiguo de la página web de la compañía no me ayudó a preparar la entrevista pero el interrogatorio resultó breve y predecible. La oficina parecía una oficina normal, por otra parte.
Recibí una llamada para volver a un día entero de entrenamiento. Pregunté por las funciones que tendría que desarrollar pero, estratégicamente, no me respondieron. Sólo tenía dos pistas: productos cosméticos y zapatos planos. Como se puede ser optimista en el peor escenario, recordé con entusiasmo a las chicas que hacen demostraciones y regalan muestras de maquillaje en Sephora o en grandes almacenes. Logré ganar confianza y olvidarme de mi misma.
Mi supervisor, que arrastraba una maleta, y yo caminamos hacia Waterloo. Metro y autobús para llegar a una de esas zonas comerciales de las afueras de todas las ciudades, donde las entradas de las tiendas están dispuestas hacia un gran parking.
Nada como Sephora. Nos instalamos en frente de una tienda de periódicos y revistas. Mi supervisor instaló una mesa, empezó a llenar bolsas con cosméticos y me asignó mi primera tarea. Escribe tres conceptos sobre marketing, diez cualidades esenciales en un manager y todas las formas de publicidad que consigas en el centro comercial. Da una vuelta. Cuando termines, vienes y lo discutimos. Después de la teoría pasamos a lo más interesante. El trabajo consiste en desplazarse de lunes a sábado, con una maleta, a lugares distintos, y tratar de convencer a la gente que vaya pasando para que compre los packs de productos cosméticos de una marca emergente y desconocida todavía en todas las perfumerías. Sin contrato, ni salario ni gastos de transporte o comida. La ganancia es de 5 libras por cada pack vendido.
Tenía derecho a arrepentirme en ese momento y regresar a Londres, o pasar a la segunda fase del entrenamiento por la tarde, sobre la actitud y manera de aproximarme al público. Piénsalo bien porque es un trabajo duro, luego vienes y me dices.
De regreso a casa estaba contenta, dentro de lo posible. Había sobrevivido a mi primera entrevista en inglés y sabía que para conseguir un trabajo parecido al que quiero tenía que invertir un poco más de tiempo. Así que seguí buscando y dejé atrás esta experiencia.

27.6.10

Fancy a fresh start?

Después de mover cielo y tierra para encontrar trabajo en Madrid, he tenido suerte, aunque una suerte relativa. Tal y como están las cosas, cuatro entrevistas en un año y en mi sector, es algo positivo. Por otro lado, ninguna de las entrevistas funcionó. A principios de mes recibí la última respuesta negativa y pasé unos días desorientada, antes de empezar a buscar trabajo en Londres. Al mismo tiempo, empecé a escribir unos apuntes que me han ayudado a mantenerme motivada y a dar unos cuantos pasos. De vez en cuando pienso que hay otras personas en una situación parecida, aunque no las conozca. Con una carrera profesional suspendida después de veinte años, enfrentándose a un idioma nuevo y a punto de cumplir 40. Por eso quiero compartir mis apuntes.
I
Empezar de cero es una de esas frases que decimos alegremente hasta que llega el momento. Si empezar de cero tiene algo bueno es que aprendemos que no era tan fácil como pensábamos. Ni a la segunda o tercera vez.
II
Nada sienta peor en estas circunstancias que tener presente el pasado. Hay que olvidar muchas cosas y empezar por olvidarse de uno mismo. Lo que se quedó atrás no sirve de nada ahora. Ya llegará el momento de recordar.
III
Si podemos usar tantas energías para pensar mal acerca del futuro, hay una cosa que está clara. ¡Tenemos energías, a pesar de todo! La tarea es orientar esas energías y concentrarlas en el presente.
IV
De esta agua no beberé, ¿en serio? Por más significativa que sea una vida laboral se puede romper fácilmente. Lo que no es tan fácil de romper es nuestro empeño conservador. En época de cambios, sin flexibilidad no vamos a ningún lado.
V
Es completamente inviable hacer lo que siempre hacemos, es decir, pensar una eternidad para tomar una decisión. La respuesta ante las dudas del presente es una sola: sí, hazlo, rápido. Tampoco conviene pensar demasiado seriamente.
VI
La actividad física espanta los malos pensamientos, es cierto. Así que es preferible estar cansado. Hay que buscar trabajo en Internet y caminar. Cuando la encargada simpática de una tienda recibe mi cv, me siento más satisfecha que cuando envío una application form online.
VII
Las comparaciones atormentan el cuerpo. Para evitarlas es recomendable, entre otras cosas, hacer uso moderado de Facebook. Para empezar con buen pie no interesa tener muchos detalles sobre el éxito de los amigos virtuales.
VIII
Hay preguntas personales que no podemos responder ahora. Sin embargo, si no podemos evitarlas o responder con otras preguntas, tranquiliza un mensaje preparado, claro y breve para las emergencias.
IX
Hay que seguir adelante sin pestañar y sin preguntarse por qué. Las preguntas existenciales no tienen sentido ahora. Incluso si nadie responde y el móvil no suena.