Araya es la hija de Rodolfo y Ximena. Tiene unos ojos preciosos, que le deben venir, pienso, de sus antepasados peruanos. La familia de Ximena es una mutación. Su madre es peruana, su padre italiano, y sus hermanas y ella han nacido, estudiado y vivido en distintas ciudades del mundo, aunque todos en algún momento coincidieron mucho tiempo en Caracas.
A Ximena la ví embarazada dos veces. Una con tres meses, en Cabo de Gata, Almería. Otra cuando estaba a punto de parir, un fin de semana soleado, en Londres. Después, cuando Araya nació, su papá colgó las fotos en una web: http://www.araya-luna.com/ A los tres meses fui a Tarifa, Cádiz, a conocer a Araya. Pasamos un par de días en un hotel en la playa. Aunque sus padres estaban cansados y toda su atención se concentrada en el cuidado de la niña, creo que se portaba muy bien. Una noche, dando vueltas por el jardín, se quedó dormida en mis brazos. Al día siguiente regresé a Madrid en tren y no la he vuelto a ver.
Cuando dejas de ver a un niño durante unos meses, ya no le conoces ni te conoce. Dentro de poco la volveré a ver, probablemente en Barcelona, y entonces será un descubrimiento.
Araya vive en Barcelona, pero ya ha vivido en Londres y en Sydney. También ha visitado Korea y no sé qué otras ciudades. Sus padres también han viajado y viajan mucho.
A veces yo me he negado a cambiar algo de lugar, un mueble, por ejemplo, simplemente porque me parece que si todo está en orden y las cosas no cambian la vida es más fácil, pero no creo que sea así, de verdad.
A Ximena la ví embarazada dos veces. Una con tres meses, en Cabo de Gata, Almería. Otra cuando estaba a punto de parir, un fin de semana soleado, en Londres. Después, cuando Araya nació, su papá colgó las fotos en una web: http://www.araya-luna.com/ A los tres meses fui a Tarifa, Cádiz, a conocer a Araya. Pasamos un par de días en un hotel en la playa. Aunque sus padres estaban cansados y toda su atención se concentrada en el cuidado de la niña, creo que se portaba muy bien. Una noche, dando vueltas por el jardín, se quedó dormida en mis brazos. Al día siguiente regresé a Madrid en tren y no la he vuelto a ver.
Cuando dejas de ver a un niño durante unos meses, ya no le conoces ni te conoce. Dentro de poco la volveré a ver, probablemente en Barcelona, y entonces será un descubrimiento.
Araya vive en Barcelona, pero ya ha vivido en Londres y en Sydney. También ha visitado Korea y no sé qué otras ciudades. Sus padres también han viajado y viajan mucho.
A veces yo me he negado a cambiar algo de lugar, un mueble, por ejemplo, simplemente porque me parece que si todo está en orden y las cosas no cambian la vida es más fácil, pero no creo que sea así, de verdad.
1 comentario:
Hola Emi,
Tu Blog de Araya no tiene conclusión, pero te puedo contar la mía: mudarse tanto de país no tiene nada de bueno, solo indica que hay demonios que exorcizar, o un engreimiento básico de gente que tiene demasiadas opciones. No sabes cuanto envidio a los que quieren tanto a un sitio que se quedan ahí, y saben muy bien donde se van a morir.
Un beso, te quiero mucho,
Ximena
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