16.9.11

La Real. Missing Madrid V



En 2004, cuando comencé en Madrid, para llegar a mi trabajo en la tienda El Flamenco Vive, subía por La Independencia, una callecita estrecha y corta como muchas del centro, desde la estación de Ópera. A esa hora de la mañana en la que todo está renovado y huele a limpio, en la que todo es perfecto con sus imperfecciones, estaban la chica y el labrador, en la puerta de la floristería. Y durante unos segundos, que yo dilataba en lo posible, una parte de mi alma se fijaba a esa imagen. Una imagen lo suficientemente poderosa para quedarse conmigo hasta entonces, parte como un recuerdo, parte como una fantasía.

Han pasado muchas cosas desde aquellas mañanas pero esa imagen vuelve de vez en cuando. Sobre todo últimamente, ahora que cada semana compro con mis compañeros de la tienda en Londres un billete de lotería.

Cuando me preguntan que qué haría con mi parte del dinero si ganamos, nunca sé qué decirles. Pienso que, millonaria o no, me gustaría ser yo la chica que abra la floristería La Real, en el número 1 de la Calle Independencia de Madrid y que Tieta fuera el labrador que estaba con ella, entre las flores.

1 comentario:

Ximena Bianco dijo...

Emi, pues te queria contar que a mi me pasa algo parecido con una chica que recuerdo de una tiendita de arte en New Orleans. La vi una vez que fui con mi compania de conferencias a un congreso. Yo turisteaba por alli y entre en la tienda y ella estaba detras del mostrador y me sonrio, y mientras yo miraba la tienda llego su novio en bici, y le hizo 'dring dring' y ella se asomo a la puerta a darle un beso y se pusieron a conversar... me hizo pensar en que de eso se trataba la felicidad, tan sencillo, tan bonito. Suena tonto en palabras, pero no olvido esa escena! X xxx