31.8.11

El equilibrio estaba en otra parte

Al menos ahora sé dónde buscarlo. Trato de ser un buen trapecista.

Foto: Marion en Wings of Desire, Wim Wenders

22.8.11

A taste of Britain

Dos años después, por fin,  me encuentro más tranquila en Londres y hay, por lo menos, dos situaciones que lo demuestran.

Cuando vienen de visita mis amigos de Madrid, ya no tengo que pelear a muerte contra un deseo incontrolable y ciego de volver. Puedo divertirme y despedirme sin dolor. El deseo permanece pero soy capaz de razonar. Un avance personal, de proporciones trascendentales.

La otra situación tiene que ver con esos objetos que elegimos de manera arbitraria y a los que nos aferramos para sobrevivir, igual que cuando éramos niños. En Londres no se consigue ese té rojo con anís y canela, de Hornimans, que yo tomaba religiosamente por las mañanas en Madrid. Un hábito que me traspasó El Chapulín Colorado. Lo cierto es que ese pequeño detalle me hacía la vida más difícil, en una ciudad donde cualquiera puede tomar el té que quiera, hasta que
la rutina consiguió darme el empujón que yo necesitaba. Una taza de Earl Grey cada mañana en la zapatería, por un año. Incluso, esta mañana me he encontrado unas cuantas bolsitas olvidadas de té rojo de Hornimans, que vinieron conmigo en enero de mi último viaje a Madrid. Digamos que la felicidad algunas veces viene después de la domesticación.


Spanish

De la misma manera que el azar nos hace conocer a personas maravillosas, que parece que habíamos esperado conocer toda la vida,  también nos hace conocer a otro tipo de personas. Ese día estaba conociendo a una chica de Madrid, que estudió publicidad, tiene unos 25 años y, como yo, ahora vive en Londres, cuando un chico inglés nos pregunta: So, you both speak Spanish. don´t you? 
No había otra salida que asentir ante eso y eso fue lo que hice, sonriendo y pensando que ese tipo de preguntas se hacen más por socializar que por otra cosa y demuestran nuestro interes por buscar puntos en común. Mi compañera, por su parte, aprovechó para declarar su postura: Well, I speak Castellano, from Castilla, you know... and she speaks Spanish. There are so many differences but we can understand each other.
Esa noche regresé a casa repitiéndome lo que me hubiese gustado decirle a esa chica en otras circunstancias: We speak exactly the same language but can´t understand each other, darling.
Afortunadamente, el azar fue más que generoso conmigo cuando vivía en Madrid.


9.3.11

Teddy Boys Shoes

King's Road, Chelsea, Londres. La misma zapatería. Seis meses después.

Aunque a veces implore de rodillas al cielo para que mi inglés vaya más rápido, el proceso sigue su camino lentamente pero sigue en pie. Ni más ni menos. Esta es la última anécdota.

Customer: Do you've Teddy Boys shoes?
Me: ... Sorry?

Para este tipo de apuros están los amigos.

Karol, que es irlandesa y diseñadora de moda, llega justo a tiempo. Con una sonrisa discreta, que a la vez es una negativa, se deshace del cliente, que no acepta sucedáneos. Un par de segundos después, me dice: This is a Brit thing, don't worry too much.

Mientras tanto, para mis adentros: Ahora resulta que hay unos "Teddy Boys shoes", por qué no sabré con qué se come eso, por qué me vienen a preguntar a mi esas cosas, qué hice yo para merecer esto, etc.

No es divertido, claro. A quién le puede gustar quedarse sin palabras delante de alguien que está esperando una respuesta, pero a todo se acostumbra uno. El problema con la comunicación es que puede llegar a ser muy compleja. La entonación, el tono, la velocidad, el acento. Una palabra nueva sin contexto. La situación, el momento. O un tópico de la cultura.

La investigación en casa sí es divertida, por lo menos. Inglaterra, años 50, postguerra, subcultura. Los jóvenes cool de la época, fans del rock and roll norteamericano, que visten un estilo inspirado en los dandies de principio de siglo, del período Eduardiano, y se peinan con copetes. Ted es forma corta de Edward y de ahí salió Teddy. Hay muchas referencias en internet sobre las repercusiones del movimiento y aquí  una imagen.

Foto de Covert Candy

5.11.10

No recipe, no Ergotamine

Pocas cosas son tan malas como trabajar con migraña. Ese día es interminable.

A las 6:20 de ese día interminable se acabó el trabajo pero no el martirio. Llegué a la farmacia que está más cerca de la zapatería y pedí mis pastillas. Cualquiera que tuviera 1 gramo de Ergotamina. A esa hora ya estaban en el chinatown el Chapulín Colorado y nuestros amigos de Madrid, Laura y Jaime, el cumpleañero. Me esperaban para cenar e ir a un concierto.

En la farmacia, el regente me preguntó:  Why not Sumatriptan? ¡Ya empezamos! La costumbre inglesa de no decirte que no a la primera. Porque no, porque la ergotamina también es efectiva. Porque ya estoy acostumbrada. Porque hoy se me han quedado en casa las pastillas que compro en España. Please, could you help me? Nada. No recipe, no Ergotamine.

Sumatriptan es un viejo conocido de Caracas. No leí el prospecto. Tome una pastilla cuando los síntomas de la migraña comiencen. No tomar más de dos pastillas en menos de 24 horas. Me tomé las dos únicas pastillas que vienen en la caja a la vez, como en los viejos tiempos. Después de haber cruzado la barrera del dolor no hay síntomas, sólo infierno.

En esos casos lo mejor es escaparse de cualquier situación social pero se trataba de un reencuentro que había estado esperando por mucho tiempo. Conseguí desenvolverme con bastante naturalidad en la cena, con sólo una mínima parte de mi alma funcionando. Eso sí, nadie me llevó la contraria cuando decidí quedarme en la cama y perderme el concierto de Rosendo. Todos saben de sobra que yo no soy fan de Rosendo.

Mary and Max


Afortunadamente siempre hay algo especial que compartir con todos, aunque sea muy de vez en cuando. Hoy he visto Mary and Max, una película muy especial.

Aunque sigo siendo en parte una niña solitaria como Mary, he tenido la suerte de encontrar buenos amigos en todos los momentos y en todas partes.  

19.8.10

Coser y cantar con Emerald Caro


No soy la única que se toma pequeñas libertades, supongo. Esas pequeñas libertades de mi imaginación no me llevan a ser la mujer maravilla, ni Teresa de Calcuta, ni Coco Chanel, ni Jane Austen. Aunque a todas ellas las admire. A mi me da por cantar en mi mundo paralelo, como las grandes y pequeñas estrellas. Como Ella Fitzgerald, La Lupe, Cristina Branco... Y como Emerald Caro, desde hace unos meses.
Afortunadamente, no importa lo complicadas, tristes o aburridas que puedan llegar a ser las cosas, si puedo cantar para mis adentros A Night Like This, una y otra vez.



La noche en que se me apareció Emerald Caro estaba buscando en Google la receta de un cóctel (A Night Like This es la pieza musical de la campaña de Martini 2009/2010). Desde entonces hay una nueva voz en mi mundo paralelo, una pequeña estrella que hace que todo parezca como coser y cantar.

5.8.10

London calling

Después de la primera entrevista vino la segunda. Un centro de reclutamiento de una cadena de cafeterías. Todo consistía en decir que sí. Que sí tenía resistencia para el trabajo físico. Que sí me gustaba la idea de empezar a trabajar a las 6 de la mañana. Que sí podía sonreir en cualquier circunstancia. No tuve dudas, hasta llegar a la mitad de la entrevista. ¿Digo que no de una vez o espero hasta el final? Casi me convierto en Team Member pero me eché para atrás. No pude convencerme a mí misma como convencí a mi entrevistador.

La entrevista 3 fue en una tienda. Iba mejorando la cosa. Una cadena de ropa inglesa para mujeres en busca de una Sales Assistant. Tenía 20 minutos para seleccionar tres opciones, que representaran las tres tendencias del verano. Cliente potencial de 35 años, talla 12. Cóctel al aire libre. La idea era que al final justificara mi selección y respondiera otras preguntas. Afortunadamente, en la charity shop de Oxfam, donde he estado trabajando como voluntaria, revisamos la revista Vogue de mayo para preparar un evento. De lo contrario no habría podido hablar del nautical look, de los ice-cream colors y los maxi dresses, y pasar por entendida en la materia.

En la entrevista 4, por primera vez en esta fase, tuve la sensación de normalidad. Todo fluyó como en una entrevista de las que yo recordaba. La empresa importa, distribuye zapatos, maneja un departamento de ventas online y seis tiendas en Londres . Me gustó que se tratara de una empresa pequeña, aunque buscaran a un Sales Assistant para una de las tiendas. Cuando me avisaron que había sido seleccionada, decidí aceptar la oferta y rechazar la anterior. Al fin y al cabo, si la cosa es empezar de cero, el mejor comienzo posible era este.
Después de las primeras cuatro semanas trabajando en la zapatería, la evaluación es positiva y, dentro de lo que cabe, creo que lo estoy pasando bien.  A pesar de que me duelen las piernas con desesperación, como le dolerían a cualquiera que no esté acostumbrado a trabajar de pie todo el día, a bajar y a subir escaleras y a pasar mucho tiempo en cuclillas. tengo dos compañeras majas y conversadoras, una escocesa y una irlandesa, y un jefe trabajador y silencioso. Con los clientes puedo hablar más de lo que pensaba, así que no me queda más remedio que soltarme a hablar. Además, es entretenido atender a gente tan diferente. Todos buscan zapatos cómodos: ciclistas, cocineros, escultores, viajeros de aventura, turistas cansados de sus zapatos incómodos, chicas cansadas de sus tacones de oficina, embazadas con las piernas hinchadas y madres en grupo con más de tres niños a la vez.
Evidentemente, no es el mejor momento para preguntarme ¿qué hago yo aquí? Un acróbata no puede hacerse preguntas absurdas sobre la cuerda floja. Necesito estar concentrada y ser flexible.Ya llegará el momento de volver a trabajar en una editorial o en una agencia. Poco a poco.

30.6.10

Nada como Sephora. La primera entrevista

Hay una familia de anuncios que buscan vendedores, sin atreverse a decir vendedor o ventas, usando eufemismos como Business Developer. Prometen elevadas contraprestaciones económicas y una acelerada carrera de ascensos. Se dirigen a profesionales ambiciosos. No describen, ni siquiera en líneas generales, el trabajo en sí. No es muy difícil reconocerlos, aunque estén en inglés.
Este era uno de esos anuncios para Marketing Services y yo tenía que enviar mi cv. Ser flexible, cuando uno está empezando, va en serio. Por supuesto que me alegré cuando me llamaron. El contenido ambiguo de la página web de la compañía no me ayudó a preparar la entrevista pero el interrogatorio resultó breve y predecible. La oficina parecía una oficina normal, por otra parte.
Recibí una llamada para volver a un día entero de entrenamiento. Pregunté por las funciones que tendría que desarrollar pero, estratégicamente, no me respondieron. Sólo tenía dos pistas: productos cosméticos y zapatos planos. Como se puede ser optimista en el peor escenario, recordé con entusiasmo a las chicas que hacen demostraciones y regalan muestras de maquillaje en Sephora o en grandes almacenes. Logré ganar confianza y olvidarme de mi misma.
Mi supervisor, que arrastraba una maleta, y yo caminamos hacia Waterloo. Metro y autobús para llegar a una de esas zonas comerciales de las afueras de todas las ciudades, donde las entradas de las tiendas están dispuestas hacia un gran parking.
Nada como Sephora. Nos instalamos en frente de una tienda de periódicos y revistas. Mi supervisor instaló una mesa, empezó a llenar bolsas con cosméticos y me asignó mi primera tarea. Escribe tres conceptos sobre marketing, diez cualidades esenciales en un manager y todas las formas de publicidad que consigas en el centro comercial. Da una vuelta. Cuando termines, vienes y lo discutimos. Después de la teoría pasamos a lo más interesante. El trabajo consiste en desplazarse de lunes a sábado, con una maleta, a lugares distintos, y tratar de convencer a la gente que vaya pasando para que compre los packs de productos cosméticos de una marca emergente y desconocida todavía en todas las perfumerías. Sin contrato, ni salario ni gastos de transporte o comida. La ganancia es de 5 libras por cada pack vendido.
Tenía derecho a arrepentirme en ese momento y regresar a Londres, o pasar a la segunda fase del entrenamiento por la tarde, sobre la actitud y manera de aproximarme al público. Piénsalo bien porque es un trabajo duro, luego vienes y me dices.
De regreso a casa estaba contenta, dentro de lo posible. Había sobrevivido a mi primera entrevista en inglés y sabía que para conseguir un trabajo parecido al que quiero tenía que invertir un poco más de tiempo. Así que seguí buscando y dejé atrás esta experiencia.

27.6.10

Fancy a fresh start?

Después de mover cielo y tierra para encontrar trabajo en Madrid, he tenido suerte, aunque una suerte relativa. Tal y como están las cosas, cuatro entrevistas en un año y en mi sector, es algo positivo. Por otro lado, ninguna de las entrevistas funcionó. A principios de mes recibí la última respuesta negativa y pasé unos días desorientada, antes de empezar a buscar trabajo en Londres. Al mismo tiempo, empecé a escribir unos apuntes que me han ayudado a mantenerme motivada y a dar unos cuantos pasos. De vez en cuando pienso que hay otras personas en una situación parecida, aunque no las conozca. Con una carrera profesional suspendida después de veinte años, enfrentándose a un idioma nuevo y a punto de cumplir 40. Por eso quiero compartir mis apuntes.
I
Empezar de cero es una de esas frases que decimos alegremente hasta que llega el momento. Si empezar de cero tiene algo bueno es que aprendemos que no era tan fácil como pensábamos. Ni a la segunda o tercera vez.
II
Nada sienta peor en estas circunstancias que tener presente el pasado. Hay que olvidar muchas cosas y empezar por olvidarse de uno mismo. Lo que se quedó atrás no sirve de nada ahora. Ya llegará el momento de recordar.
III
Si podemos usar tantas energías para pensar mal acerca del futuro, hay una cosa que está clara. ¡Tenemos energías, a pesar de todo! La tarea es orientar esas energías y concentrarlas en el presente.
IV
De esta agua no beberé, ¿en serio? Por más significativa que sea una vida laboral se puede romper fácilmente. Lo que no es tan fácil de romper es nuestro empeño conservador. En época de cambios, sin flexibilidad no vamos a ningún lado.
V
Es completamente inviable hacer lo que siempre hacemos, es decir, pensar una eternidad para tomar una decisión. La respuesta ante las dudas del presente es una sola: sí, hazlo, rápido. Tampoco conviene pensar demasiado seriamente.
VI
La actividad física espanta los malos pensamientos, es cierto. Así que es preferible estar cansado. Hay que buscar trabajo en Internet y caminar. Cuando la encargada simpática de una tienda recibe mi cv, me siento más satisfecha que cuando envío una application form online.
VII
Las comparaciones atormentan el cuerpo. Para evitarlas es recomendable, entre otras cosas, hacer uso moderado de Facebook. Para empezar con buen pie no interesa tener muchos detalles sobre el éxito de los amigos virtuales.
VIII
Hay preguntas personales que no podemos responder ahora. Sin embargo, si no podemos evitarlas o responder con otras preguntas, tranquiliza un mensaje preparado, claro y breve para las emergencias.
IX
Hay que seguir adelante sin pestañar y sin preguntarse por qué. Las preguntas existenciales no tienen sentido ahora. Incluso si nadie responde y el móvil no suena.