30.1.07

Dinero

Hablamos de la independencia en muchos aspectos: de la familia, de la pareja, del estado, de la empresa, del sexo y hasta de los aparatos, pero ¿por qué es tan difícil hablar de la independencia económica para las personas que trabajamos en el sector de la cultura?
Para cualquiera de mis amigos ingenieros, auditores, consultores, abogados, informáticos, arquitectos o administradores que tienen trabajo no es tan difícil. Entre ellos y nosotros (me refiero a mis amigos periodistas, filólogos, licenciados en filosofía o historia o artes) prácticamente no hay diferencias en cuanto a la situación laboral: horario, responsabilidades, formación, capacidades, objetivos. Sin embargo, en cuanto al dinero las diferencias son abismales.
Parece que para los trabajadores del sector cultural una parte de nuestro sueldo es inmaterial y parece, no sé por qué, que debe ser así. Es como si por estar vinculados a una parte de la vida más placentera, como leer, por ejemplo, no podemos disfrutar de una vida solvente.
Se trata de una situación injusta, eso sin duda, y creo que la solución no pasa por preguntarme el por qué. Eso ya lo he hecho muchas veces y lo haré cada vez que pierda la paciencia. Ahora estoy intentando aplicar otra fórmula más pragmática: hablar de dinero y pensar en él con la misma libertad que lo hacen los otros. A ver si así, al cambiar un poco la manera de interpretar el asunto, comienzo a ver un cambio. A fin de cuentas yo pago lo mismo por mi alquiler, voy al mismo supermercado, quiero irme de vacaciones y necesito unos zapatos nuevos.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Emi. Por pura casualidad, me encontré con tu blog. Me alegra saber de ti y de lo que estás haciendo de este lado del charco. Sigues siendo un rayo de luz. Un abrazo fuerte.

Emilú Soares dijo...

Ale, qué emoción, las casualidades son fantásticas a veces.
¿Dónde estás?

Anónimo dijo...

En Barcelona. Vivo aquí desde hace 4 años y 3 meses.

el guachalito dijo...

Hola Emilu... soy Maru, la hermana de Gustavo. Y llegúe aquí "de bruselas pa". Así como he llegado a los blogs de italín, de publio, de maie... nombres que como el tuyo forman parte de los afectos de uno de mis grandes amores: Pechu.

Disculpa que me lance de esta manera, pero no te imaginas cuán cercano me resultó este post.
Como tu, soy periodista. Un ideal irreal en esta realidad bizarra que vivo, parafraseando, "por estas calles" caraqueñas. Hace años, me di cuenta que mis "hermanitos", ganaban más que yo. Su "potencial de desarrollo" se perdía de vista. Sus beneficios? ja!, mientras a mi me daba como "cosita" pensar en dinero, porque bueno, tu sabes. La cultura tiene su precio. Sólo que lo pagamos de nuestro bolsillo y nuestras posibilidades, empeñando el futuro a cuotas por un alto sentido de la estética y el culto al conocimiento armónico. Ideales maravillosos cuando se tienen 20, pero que van mermando en el tiempo cuando las responsabilidades y las exigencias de la vida se instalan en tu portamonedas y las tienes que surtir.

Un día, un amigo de Chu, mi esposo - cuando se enteró que yo me iba a dedicar un par de años a escribir un libro - me dijo: "Pardo, primero haz los reales. Después, haz lo que quieras". Y ¿sabes? gracias de esa conversa, le perdí el "asco" que me generaba el pensar en números. ¡Por Dios! si yo siempre pensé en letras, en colores y en formas. Descubrí que hacerlo no traicionaba ni mi sensibilidad ni mi preferencia por las cosas que me gustaban. Y sobretodo, que no iba a dejar de ser yo. Porque comencé a pensar en números, pero jamás deje de pensar y sentir en letras, en formas y en colores.

A las horas, le tomé el consejo. Y terminé pidiendo trabajo en una agencia de publicidad. Y aquí me tienes, escribiendo contenidos comerciales con sentido ético dentro de un espacio propio que me costó algo construir. El término "Consultora" ha hecho el milagro:) de darme la posibilidad, de elegir: Clientes, compañeros de trabajo, procedimientos, ambientes y hasta ubicaciones. Claro, el nunca bien ganado "Socia", también contribuye.

Aún no he hecho los reales. Bueno, no todos los que necesito para escribir el libro ni para garantizarle el futuro a mis hijas. (y mucho menos de los que quiero para sentir "I did it"). Ahora es que me falta. Pero he encontrado un balance medio extraño en los extremos... Ahora veo el futuro de tu a tu con quienes hasta hace unos diez años, me veían como auténtica comeflor. De tu a tu, pensando en números, pero sintiendo en letras...

De que funciona, funciona.
Un beso desde una Caracas que les extraña a todos ustedes!
Cariños
Maru