Hace diez años a Carlos y a mi nos separaban tan sólo dos semáforos, en la última de las ciudades góticas, Caracas. Sin embargo, sabemos que una distancia insignificante se convierte necesariamente en un largo viaje si hablamos de una cuidad donde sobran las circunstancias, como era la nuestra. Para llegar de una casa a la otra teníamos que cruzar el reinado de Sabana Grande, donde una inmensa red de hábiles comerciantes callejeros, llamados buhoneros, asentaron las bases de un inmenso mercado, no reconocido por la economía formal pero eficaz a la hora de dar respuesta a las demandas del público más heterogéneo que se haya visto jamás, debido a la diversificación de sus bienes y servicios. Con todo, Carlos y yo nos organizábamos bastante bien para cenar el lunes, para tomar algo el miércoles, para salir de fiesta el viernes o para un rato de psicoanálisis el domingo. También llevábamos estupendamente el intercambio ante la escasez de alimentos, agua o gasolina. Hay pocas ocasiones en las que los amigos adorables son, al mismo tiempo, tus vecinos, y yo tuve la suerte.
No todo iba tan bien, sin embargo, y un día, cuando tuve mis cosas recogidas, Carlos me llevó al aeropuerto. Mientras yo apenas me instalaba en Tenerife, él recogió las suyas para irse a Montreal. No le dimos ninguna importancia a aquella despedida. He pensado que ninguno de los dos, y ninguno de los otros amigos de quienes me despedí en aquel momento, tenía una idea clara sobre la distancia y el tiempo que pondríamos de por medio.
Ahora escucho a Carlos y escucho su música, que ha sido siempre una parte imprescindible de él. Lo escucho con una alegría tan exagerada que me hace pensar que sale el sol y que no estamos tan lejos. Conexión Montreal es el programa donde, todos los domingos, Carlos Liscano y Juan Pablo Jaimes presentan una selección temática de música de todas partes del mundo, de aquellos y de estos tiempos, y ofrecen sus comentarios más como amantes que como especialistas. Les gusta decir que Conexión Montreal va de sur a norte, pero ellos saben muy bien que los caraqueños estamos y nos escuchamos en todas partes del mundo.
14.5.10
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1 comentario:
Emi,
Gracias por los piropos y por hacerme recordar lo mejor de aquellos tiempos, en donde Pasta Pierino, Pizza Hilda, Las Cancelas y El mani hacia de la paroquia El Recreo uno de nuestros mejores habitats. Se te recuerda y extragna mucho en el Polo Norte y nos contenta muchisimo que a traves de Conexion Montreal revivas nuestra amistad.
Miss ya lady!
Carlos
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