En una pastelería cualquiera de Soho, en Londres, me encontré con una vitrina completa llena de figuritas de novios y novias. Por parejas, heterosexuales, gays y lesbianas. Personajes negros y rubios. Inclusive, piezas individuales para formar combinaciones.
Me alegré mucho de saber que los tradicionales "muñecos de torta", como se llaman en Venezuela, no han pasado de moda. Me alegré de que sigan allí, después de un restyling político y que ahora puedan dar una imagen que represente mejor lo que somos. Al fin y al cabo, las familias son como son.
1 comentario:
Jajaja...nunca me han gustado los munecos de torta de novios pero la verdad que verlos tan abiertos y democraticos da gusto jajaja
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