13.2.09

Holly light

Blade Runner representaba, desde mi punto de vista, una idea del futuro inquietante y oscura pero con un poderoso atractivo. En los 80 ya nadie era tan ingenuo como para esperar maravillas del progreso pero habíamos dejado una pequeña luz encendida. Era esa pequeña luz, rodeada de oscuridad, lo que hacía tan interesante ver y volver a ver esa película. En la actualidad el panorama es completamente diferente. Tras hechos como el 11-S o la intervención de EEUU en Irak, hemos cruzado una frontera sin retorno y aquella luz que había quedado encendida se ha apagado por completo.


Hoy fui a visitar una exposición de artistas jóvenes de oriente medio y me llevé una gran sorpresa. Naturalmente, la mayoría de los trabajos son un inventario del horror: violencia, muerte, censura. Cuerpos mutilados, humillados, prostituidos. Ruinas, tumbas, edificios abandonados, calles solitarias entre muros de concreto. Almas en pena, fantasmas, espíritus. Sin embargo, a diferencia de las imágenes que vemos en la televisión, estos trabajos no nos dejan en silencio. Una pequeña luz se enciende detrás del dolor y el duelo de sus creadores, para dejar salir la memoria y la belleza, para reinventar la realidad y reinventarse.

Después de haber tocado fondo es posible que estemos en un buen momento para el arte, como ha pasado otras veces.

En la foto, una instalación de Kader Atia. Ghost, 2007. Uno de los 23 artistas que forman parte de la colectiva Unveiled: New Art From The Middle East. Más información: http://www.saatchi-gallery.co.uk/

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