La manera más facil de entender la regla de los signos, de paso por la escuela, fue a través de unas máximas que estaban asociadas a las relaciones interpersonales.
Los amigos de mis amigos son mis amigos + x + = +
Los amigos de mis enemigos son mis enemigos + x - = -
Los enemigos de mis amigos son mis enemigos - x + = -
Los enemigos de mis enemigos son mis amigos - x - = +
Resultó asombroso que una lección de matemáticas funcionara tan bien en el patio de recreo. Aquella historia de los amigos y los enemigos me ayudaba a manejarme bien en el mundo social y me permitió hacerlo por muchos años. Así los amigos de mis amigos se convirtieron, en el mundo real, en mis amigos y en los amigos de mis amigos. Así conocí a mi primer amor y al último. Así hice después contactos de trabajo y logré resolver una gran cantidad de asuntos vitales. Digamos que así estoy como estoy.
Ahora, por pura curiosidad, revisando en Facebook la lista de mis amigos, de los amigos comúnes entre nosotros y de sus amigos, me acordé de la regla de los signos y de las máximas. Haciendo un repaso de mi vieja lección de matemáticas, creo que la regla ya no coincide plenamente con lo que aprendí sobre las relaciones. Digamos, sin entrar en detalles, que hay excepciones importantes:
Algunos amigos de mis amigos son mis enemigos y no mis amigos como se supone que deberían serlo
Algunos amigos de mis enemigos también son mis amigos, no mis enemigos
Algunos enemigos de mis amigos son mis amigos y no mis enemigos
Y, por último, algunos enemigos de mis enemigos, son mis enemigos y no mis amigos
Facebook no tiene la culpa de nada. Hace tiempo que dejamos la escuela y que somos contradictorios. Las listas de Facebook sólo dejan que nuestras excepciones sean más visibles.
12.12.09
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