Bob: The most terrifying day of your life is the day the first one is born
Charlotte: Nobody ever tells you that
Bob: Your life, as you know it... is gone, never to return
Lost in Translation
La otra noche, en larga conversación Quebec-Londres, con mi amigo Liscano, que ahora es padre de una niña llamada Valentina, salió el tema de los hijos, de las parejas con hijos y sus roles, de la dificultad de mantener viva una parte esencial de la identidad, dentro de ese entorno participativo y demandante que llaman "nueva paternidad".
Liscano, además de ser padre novato y entusiasta, tiene un trabajo absorbente pero necesario. Sería normal que se preguntara o le preguntara a un oráculo, cómo disponer de ese deseado momento al día o a la semana, energías incluidas, para dedicarse a sus viejas pasiones, como la música o el cine, sin pecar de descuido, culpa u omisión.
Por otra parte, las madres que conozco hacen oraciones especiales y ejercicios de agilidad mental y física si quieren tener un minuto de paz para cualquier cosa. En Madrid, mi amiga Linda ha empezado a escribir un blog sobre las aventuras y malabarismos que hacen posible un hecho admirable, que una madre pueda seguir siendo la misma persona que era, o casi la misma. Cosas de niños está vinculado a la web FronteraD, se va a actualizar los martes y no deja de tener algunas virtudes de Linda, buen humor, honestidad y razón.
Si bien es cierto que muchas cosas han cambiado con respecto a la implicación paterna y materna en la crianza, a los individuos nos cuesta un tiempo asimilar, adaptar, incorporar, intervenir o descartar las novedades que son bienvenidas socialmente, incluso las que vienen con la intención de mejorar las antiguas prácticas. Un padre en solitario que corre con una sonrisa tras un par de niños en el parque, es tan atractivo como una madre profesional y exitosa. Ambos han traspasado viejas barreras sociales, aunque hay mucha tela que cortar todavía en la estrategia moderna de cambiar, intecambiar o concentrar los roles.
Más allá del asunto de las responsabilidades, me encanta que mis amigos, felices de ser padres, me sigan hablando con pasión de sus intereses e intenten mantenerlos vivos.
En la foto, Joanna y Bárbara. Caracas. Agosto, 2009.
Charlotte: Nobody ever tells you that
Bob: Your life, as you know it... is gone, never to return
Lost in Translation
La otra noche, en larga conversación Quebec-Londres, con mi amigo Liscano, que ahora es padre de una niña llamada Valentina, salió el tema de los hijos, de las parejas con hijos y sus roles, de la dificultad de mantener viva una parte esencial de la identidad, dentro de ese entorno participativo y demandante que llaman "nueva paternidad".
Liscano, además de ser padre novato y entusiasta, tiene un trabajo absorbente pero necesario. Sería normal que se preguntara o le preguntara a un oráculo, cómo disponer de ese deseado momento al día o a la semana, energías incluidas, para dedicarse a sus viejas pasiones, como la música o el cine, sin pecar de descuido, culpa u omisión.
Por otra parte, las madres que conozco hacen oraciones especiales y ejercicios de agilidad mental y física si quieren tener un minuto de paz para cualquier cosa. En Madrid, mi amiga Linda ha empezado a escribir un blog sobre las aventuras y malabarismos que hacen posible un hecho admirable, que una madre pueda seguir siendo la misma persona que era, o casi la misma. Cosas de niños está vinculado a la web FronteraD, se va a actualizar los martes y no deja de tener algunas virtudes de Linda, buen humor, honestidad y razón.
Si bien es cierto que muchas cosas han cambiado con respecto a la implicación paterna y materna en la crianza, a los individuos nos cuesta un tiempo asimilar, adaptar, incorporar, intervenir o descartar las novedades que son bienvenidas socialmente, incluso las que vienen con la intención de mejorar las antiguas prácticas. Un padre en solitario que corre con una sonrisa tras un par de niños en el parque, es tan atractivo como una madre profesional y exitosa. Ambos han traspasado viejas barreras sociales, aunque hay mucha tela que cortar todavía en la estrategia moderna de cambiar, intecambiar o concentrar los roles.
Más allá del asunto de las responsabilidades, me encanta que mis amigos, felices de ser padres, me sigan hablando con pasión de sus intereses e intenten mantenerlos vivos.
En la foto, Joanna y Bárbara. Caracas. Agosto, 2009.
Joanna es madre de Bárbara, directora de arte, chofer de largas distancias y estudiante de Filosofía.
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