26.12.07

Hallacas made in Spain


El sábado, en el paso de cebra que está frente al Corte Inglés de Goya, la señora que iba a mi lado le decía a su acompañante: ¡Vamos mujer, date prisa, se van a acabar los turrones, estoy segura! Detrás de ella entré en la tienda y me perdí en la abundancia. Allí, en la meca de las compras navideñas, había innumerables familias envueltas por el olor de los jamones, entre filas de mazapan, torres de champagne y langostinos bien dispuestos en el mostrador. ¿Cómo serán sus reuniones familiares? Me pregunto siempre en víspera de nochebuena.

Gracias a las contradicciones afortunadas hay una tradición en mi vida. Tiene que ver con la navidad venezolana y con las dos mujeres que me criaron, Ernestina e Ismenia. Así que este año intenté revivir esa tradición que para mí significaba una actividad llena de placeres.

Hacer hallacas implicaba hacer una gran colecta de ingredientes. Disponer de dos días dedicados a la labor. Experimentar con la transformación de las texturas, olores y sabores a lo largo del proceso. Escuchar música. Ser flexible y tolerante. Crear un estilo propio. Solucionar problemas sobre la marcha. Amarrar. Sacar la cuenta de resultados. Hacer bromas. Y todo esto a la vez.

Espero haberle ofrecido a mis amigos, que vinieron encantados a participar, una experiencia tan agradable como la que yo viví ese día y aquellos días.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Feliz año, te queremos mucho!!! Es maravilloso saber de ti a través de este lugar que disfruto tanto leer. Un "wuao!" para Tieta también. Maru.

Anónimo dijo...

Mingui!!!!! Feliz Ano nuevo. Seguro que esas hallacas quedaron buenisisiismas. Te quiero mucho y me haces mucha falta. Nana